Creaciones de hierro hecho dúctil que abarcan el espacio
Herta Seibt de Zinser expone en el Centro de Cardiología de Bad Krozingen
una serie de esculturas agrupadas bajo el título de “díalogos”

Dorothee Möller-Barbian
(Traducción del alemán de Teresa Ruiz Rosas)

Con el hierro se asocia por lo general atributos como dureza y tesón. Al contemplar los trabajos plásticos que reúne la exposición “Diálogos” de Herta Seibt de Zinser en el parque del Centro de Cardiología de Bad Krozingen, en cambio, vienen a la mente conceptos como eufórico o frágil. La artista limeña, cuyo taller de escultura se halla en Friburgo de Brisgovia, en el complejo “E-Werk”, brinda la prueba de que el hierro como material también puede someterse a un concepto artístico y que el resultado puede dar fe de una sorprendente capacidad de transformación.

Los objetos tridimensionales emplazados alrededor del edificio de la clínica establecen una relación de armonía con el verde que los rodea, algo nada casual, pues Herta Seibt de Zinser les ha dado forma tras un intenso estudio de la naturaleza, tal como explicó Eberhard Brügel en la inauguración de la muestra. Es así como sus trabajos llevan los nombres –en castellano– de Fruta, Flor, Hoja y Semilla. Pese a que lo vegetativo no se presenta como mera reproducción de la naturaleza sino que permanece mayormente en el ámbito abstracto, se pueden distinguir resonancias del universo botánico real. Como dibujadas en el aire por una mano mágica, una que otra forma recuerdan la cápsula de una semilla o un botón en flor.

Creaciones de hierro hecho dúctil que abarcan el espacio y que se comunican con el paisaje, con los árboles y las matas. Como si estuviesen creciendo del suelo, se les ve ancladas en él, y sin embargo dan la sensación de que estuviesen a punto de flotar y desvanecerse. Aquí un animal nacido de la imaginación, de finos miembros, allá una figura apropiada aparentemente para el balanceo, congelada en su movimiento, y en otra parte de su interior parecen entrelazarse nudos, arcos y círculos, que a su vez confluyen como ignorándose entre sí. Se desarticulan como los giros que da un lazo tras haber sido lanzado de manera artística y transmiten directamente su dinámica. Rara vez se encuentran arcos puntiagudos en la obra de la artista peruana, predomina la línea suave. ¿Cómo hace Herta Seibt de Zinser, que estudió Escultura en la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica para dotar de levedad a la pesadez del hierro? Detrás hay una destreza manual, que exige además una fuerza específica. Los tubos, que tienen el diámetro de tubos de agua, es decir 21 milímetros, los dobla la escultora a una temperatura muy alta para unirlos más tarde –tubos de metro y medio a dos metros de longitud– mediante un sistema de empalme. El procedimiento dará un resultado muy preciso, de modo que en la pieza terminada no se note sino de muy cerca que la figura consta de varias partes ensambladas. Los tubos de hierro no se rozan entre sí en ninguna parte al formar las figuras, y puesto que los elementos componentes son móviles gracias al tipo especial de empalme, la artista puede combinar y variar de muchas maneras para plasmar el concepto de su obra como un todo.

Una característica especial de estas esculturas integradas en la naturaleza, es que transmiten impresiones diversas al espectador con que sólo varíe un poco el punto de mira.